viernes, 30 de agosto de 2013

LA IMPORTANCIA DEL MASAJE INFANTIL


Los padres no se dan cuenta de que las primeras comunicaciones que recibe su recién nacido se realizan a través de la piel. Si los padres fueran conscientes de este hecho ofrecerían inmediatamente a su bebé toda la estimulación cutánea necesaria. 



La sensibilidad de la piel es una de las funciones más tempranas que se desarrollan en el cuerpo. Su adecuada estimulación es esencial para conseguir el correcto desarrollo orgánico y psicológico del recién nacido. La forma más sencilla y entretenida de realizar una adecuada estimulación cutánea es mediante el masaje infantil.


Se han realizado numerosos estudios que avalan la efectividad del masaje infantil (si estáis interesados no dudéis en pedírmelos). Sin embargo, creo que es mucho más interesante ofreceros una carta que fue enviada por una madre a Vimala Schneider, la pionera de la técnica del masaje infantil. Os pido que invirtáis unos segundos en leerla, es fascinante.
Querida Vimala:
Deseaba escribirte personalmente y agradecerte la contribución tal valiosa que has supuesto para mi hijo. Mi primer embarazo estuvo repleto de inconvenientes. Ninguno de los médicos mostraban conformidad ante nuestra decisión de continuar con el embarazo. Afirmaban que nuestro hijo sufriría discapacidades y con el paso de los años entraría en un estado vegetativo permanente. Cuando mi hijo nació tenía una adicción a varios fármacos, que tuve que tomar para poder continuar con el embarazo, y además estaba sometido a un gran estado de estrés. Lloraba sin cesar y sufría alteraciones en la lactancia. Si se asustaba, sus piernas y brazos sufrían sacudidas incontroladas. Los médicos me sugirieron más medicamentos para calmarlo. De nuevo afirmaron que su sistema nervioso y su cerebro estaban irreparablemente lesionados. Cuando estábamos a punto de abandonar nuestra lucha, descubrí el masaje infantil. Cuando tenía dos años mi hijo había cambiado su conducta, se había convertido en un niño curioso y con una gran energía, además de haber desaparecido sus espasmos. A día de hoy, mi hijo supuestamente 'discapacitado', estudia en la universidad una carrera de medicina, está casado con una mujer encantadora y tiene una niña de pocos meses completamente sana. Sin la ayuda de tus técnicas no creo que mi hijo hubiese llegado tan lejos. Creo que su desarrollo intelectual, físico y emocional es atribuible al consuelo que recibieron de pequeños. ¿Cómo podría llegar a agradecerte todo esto? Deseo que sepas que esta madre estará en deuda contigo durante toda la vida. 

¿Parece increíble que algo tan sencillo como es un masaje sea tan beneficioso para los bebés, verdad? Para seguir avalando esta teoría, a continuación os explico de una manera sencilla algunos de los beneficios que el masaje infantil proporciona al organismo de vuestro hijo.

  • Acelera el proceso de mielinización del cerebro y del sistema nervioso. La vaina de mielina es una cubierta alrededor de cada nervio que protege el sistema nervioso y acelera la transmisión de la información desde el cerebro al resto del cuerpo. Al nacer, este proceso de revestimiento todavía no está completo. La estimulación cutánea acelera este proceso y mejora la comunicación entre el cerebro y el cuerpo.

  • Facilita el sistema hormonal. La aplicación del masaje reduce en el bebé la producción de las hormonas del estrés (ACTH y catecolaminas) y aumenta la producción de las endorfinas (promueven el placer y reducen el dolor) y de la oxcitocina (aumentan el apego entre padres - hijo) 
Sin embargo, no es el bebé el único beneficiado, ya que la madre al realizarle a su hijo el masaje, aumenta la producción de la prolactina. La prolactina es la hormona encargada de la producción de la leche. Además esta hormona facilita la creación de la conducta maternal: ganas de atender y cuidar al bebé, de tocarlo, acariciarlo... 
Además, la prolactina no solo se desprende en la madre, sino también en el padre o en los hermanos cuando contactan afectuosamente con el bebé a nivel de tacto.


  • Favorece la circulación sanguínea y linfática. Los movimientos de entrada (de la parte más lejana de la extremidad a la más cercana, ej. del pie al muslo) ayudan al retorno de la sangre al corazón. Los movimientos de salida (de la parte más cercana de la extremidad a la más lejana, ej. del muslo al pie) favorecen la oxigenación de las extremidades
  • Ayuda a madurar el sistema gastrointestinal y después a regularlo. Los masajes pueden aliviar  gases, cólicos y el estreñimiento.  
  • Ayuda a regular el sistema respiratorio. Los masajes en la zona del pecho y de la espalda ayudan a regular el sistema respiratorio, disminuyendo las congestiones por mucosidad. 




Aunque es sorprendente los efectos tan positivos que el masaje produce sobre cada sistema del cuerpo, a mi parecer hay un beneficio mucho más importante: la creación de un fuerte vínculo afectivo. El masaje ayuda a crear fuertes lazos de afecto entre madre/padre/bebé. Cuanto más vinculados estén los padres respecto al niño más vinculado estará el niño con los padres, convirtiendo esta relación comunicativa tan fuerte en la base sobre la que se irá construyendo el desarrollo positivo de su persona. Este vínculo no solo se puede establecer con la madre, sino que la función del padre es básica en el nuevo núcleo familiar. El masaje diario permite al padre desarrollar una relación intensa con su pequeño desde el inicio. Cuando hay unos vínculos afectivos muy fuertes, hay una buena base para un mejor conocimiento mutuo. Aunque las condiciones no hayan sido favorables y no se haya podido establecer una vinculación inicial (prematuros, adoptados, dificultad de contacto...) el masaje infantil puede ser una vía para potenciar este vínculo.



Además, el masaje es una muy buena herramienta que permite al bebé tomar conciencia, de forma placentera, de las dimensiones y el espacio de su cuerpo en relación al espacio externo. De esta manera le permite conocer sus límites corporales, que en un futuro le ayudarán a conocer sus límites respecto a los demás, a respetarlos y a hacerse respetar. Si este conocimiento ha sido placentero, implica una aceptación buena de unos mismo, factor clave para la seguridad, confianza y autoestima. Esta seguridad es la que nos mantiene en equilibrio emocional y nos permite abrirnos aceptando a los demás. 

En definitiva, el masaje infantil es una actividad sumamente beneficiosa para vuestro hijo y para vosotros, ya que además de todos los beneficios que produce en su organismo, os ayuda a crear ese vínculo que os acompañará el resto de la vida. Dejando a un lado todos los beneficios quedaros con que le ofrecéis a vuestro hijo un momento de tranquilidad y dedicación exclusiva. 


Si algún padre o madre está interesado en aprender las técnicas de masaje infantil que no dude en ponerse en contacto conmigo. Un saludo muy grande. 


Ainhoa Sánchez Martinez




Para quien tenga más curiosidad sobre el origen del masaje infantil, os dejo el escrito que narra la historia de Vimala Schneider y cómo descubrió este magnífico arte. 

Mientras estudiaba y trabajaba en un pequeño orfanato de la India, en 1973, realicé un descubrimiento que iba a cambiar el rumbo de mi vida. Me di cuenta de la gran importancia de las técnicas tradicionales de masaje infantil, tanto a sus efectos calmantes como a su papel en la comunicación afectiva no verbal. Las madres indias dan masajes a todos los miembros de su familia y transmiten la técnica aprendida a sus hijas. En el orfanato, las mujeres de mayor edad daban masajes a las más jóvenes casi cada día. Era un tipo de relación afecta que jamás había visto en Estado Unidos. Yo misma pude comprobar que sus efectos eran beneficiosos cuando enfermé de malaria, en mi última semana de estancia en aquel país. Durante los momentos de fiebre delirante, todas las mujeres de los alrededores venían a cuidarme. Me daban masajes por todo el cuerpo como si fuera un niño y me cantaban, sucediéndose unas a otras hasta que la fiebre desaparecía. Nunca olvidaré la sensación de sus manos y corazones al tocar mi cuerpo.

En el camino hasta la estación del ferrocarril, tras una despedida en el orfanato, mi rickshare se detuvo para dejar pasar a una carreta de búfalos. A mi derecha vi una cabaña – unos pocos tablones y algunos trapos – en la que vivía una familia junto a la carretera. Una madre joven estaba sentada sobre el polvo, con su bebé en las rodillas, cantándole y dándole un delicado masaje. Mientras la observaba, pensé: en la vida existe algo mucho más importante que el simple bienestar material. Ella poseía muy poco, pero transmitía a su hijo el enorme regalo de su amor y seguridad, un regalo que le ayudaría a convertirse en un ser humano íntegro. Pensé en todos los niños que había conocido en la india y en lo encantadores y alegres que eran a pesar de sus supuestas deficiencias. Se cuidaban entre sí y aceptaban las responsabilidades sin reserva. Tal vez, creí, eran capaces de ser tan encantadores, relajados y naturales porque en la India, durante miles de años, los niños habían sido amados de esta forma cuando eran pequeños. Es posible que el masaje les haga sentirse a gusto en su mundo, nunca enemigos o conquistadores del mismo. Los introduce en el amor y la calidez que está ahí para ellos y les permite conservar ese espíritu amable que aparece revestido en un cuerpo nuevo, frágil y aún sin forma. Y ayuda a este cuerpo a adaptarse a la estimulación de un mundo lleno de sonidos, de luces, de movimiento, de artistas constantes y clamos, no con miedo, sino con curiosidad. Más tarde aprendí de muchas madres y abuelas este antiguo arte que surge de las manos y del corazón, y que deja un impacto tan claro en los cuerpos, mentes y espíritus de quien lo recibe. 


Vimala Schneider











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